Si un socio desea abandonar la empresa, una de las opciones es que el resto de socios le compren sus participaciones. Sin embargo, esto puede no ser viable si exige el desembolso de unas cuantías de las que dichos socios no disponen. Por ello, es habitual recurrir a una reducción de capital : la sociedad amortiza las participaciones del socio que se va y le satisface la cuantía en la que se hayan valorado.